Nuestra ciudad sigue ardiendo, el fuego se
ensaña con los porteñ@s. Devoró sus
casas, sus recuerdos y su patrimonio. No contento con eso, sigue amenazando a
miles de familias en un ir y venir de angustia y desesperación.
Tod@s l@s que estamos atados a ese puerto que
enamora, conocemos a alguna persona o familia que lo ha perdido todo. Volver a
levantar a Valparaíso y a su gente es una tarea colectiva, y es necesario
reconstruir desde la honestidad, el sentido común, el amor y el respeto.
Las 4 comadres tenemos parte de nuestra vida
escrita en la cuidad que ahora está envuelta en cenizas. Y desde nuestra
trinchera, que es la maternidad y la crianza con respeto, apego y sentido,
queremos dedicar esta columna a miles de niños y niñas porteñ@s que son
víctimas silenciosas de esta terrible catástrofe.
¿Qué hacer con nuestr@ niñ@s?, ¿cómo
explicarles lo que han visto y padecido?, ¿cómo expresar nuestr@s sentimientos
y cómo contenerl@s emocionalmente?
Lo primero y esencial es hablarles a nuestros
niñ@s con verdad, pero no con cualquiera, sino con la verdad que habla desde el
corazón. Los pequeñ@s estaban ahí, vieron como el fuego “comía” su casa, sus
juguetes, su mundo material, por lo tanto, no es necesario que disfracemos la
realidad.
Por dura que parezca la realidad, ellos tienen
derecho a conocerla, con conceptos claros y adecuados a su edad. Eso es
fundamental para que construyan su
propia idea mental de lo sucedido, lo que les dará confianza y seguridad para afrontar
este largo proceso de pérdida y cambios.
Los “mayores” tenemos herramientas emocionales para sobrellevar este momento y aunque
nunca hayamos sufrido un incendio, sabemos cuál es el procedimiento, podemos verbalizar
nuestras emociones y también sabemos cómo convertir esas emociones en acciones.
Los niños no son capaces de vivir esta
experiencia de forma autónoma, necesitan transitar la tragedia contenidos emocionalmente
y acompañados. Tenemos que contarles lo que va pasando, y si no lo sabemos,
decirlo también. Explicar por qué mamá y/o papá reaccionaron así. Sí decidieron
como familia que los niños se queden al cuidado de familiares o amigos,
hacerles sentir que estarán bien cuidados, porque en ese momento los papas no pueden cuidarlos, pero que muy
pronto volveremos a estar todos juntos (dirigirse a los niños con conceptos
temporales que manejen por ejemplo: por la noche, mañana a la hora de tomar
once etc…). Que no se preocupen por la mamá, el papá o los abuelos, que son
mayores y sabrán cuidarse y estar bien.
La empatía es un valor importante, hagámosles
saber que sentimos pena, miedo o rabia igual que ellos; pero también necesitan
que les transmitamos la seguridad y la confianza de que no están solos, están
con sus padres, con su familia y con miles de personas que sin conocerl@s están
preocupados por ell@s, para que en poco tiempo recuperen su vida familiar, esta
vez en una nueva casa.
Que durante unos días no podrán jugar a la
escondida ni a la pelota en la calle, o que no podrán peinar a sus muñecas
sentadas en las escaleras de la quebrada, que eso será momentáneo. Que quizás
tendremos que cambiarnos de casa y de barrio, pero que tendrán la oportunidad de conocer a nuevos
amigos con los que también podrán jugar. Que durante unos días no irán al
colegio, pero podrán aprovecharlos para estar de visita en la casa de sus
primos, o disfrutar de las actividades que con mucho cariño se organizarán en
los albergues. Recordarles que los pilares de su mundo no fueron derrumbados al
quemarse su casa, sino que sus pilares son el amor y la unión familiar. Que este
es un momento difícil, pero que podremos superarlo con la ayuda de muchas
personas.
Para los miles de niños y niñas que ven esta
situación por los medios y que también se ven afectados por este clima de
desesperación, esta es una gran oportunidad para educar en valores como la
solidaridad, generosidad y valentía, y para transmitirles que lo material no es
lo importante, incluirlos en las muestra de apoyo y voluntariado que se
seguirán desarrollando. Finalmente, mostrarles a través de esta terrible
tragedia que no estamos solos en el mundo y que dar la mano a los que sufren es
ser parte de la comunidad en la que estamos inmersos.
La emergencia poco a poco se irá controlando,
y llegará (esperemos que pronto) el momento en que vuelva todo a una nueva
normalidad, tenemos que ser conscientes de que no será igual que antes, pero
decirles a nuestros hijos que esto es un nuevo empezar, una nueva oportunidad y
que estamos todos con vida y salud es lo más importante.
Los primeros días serán difíciles, lo mejor
es que hablen en familia, compartan su experiencia y sentimientos como un
recuerdo, una vivencia familiar que a todos nos ha hecho un poco más “grandes”.
Seamos especialmente sensibles a los manifestaciones de los niñ@s, quizás nos
asombremos en un principio, porque creamos que han reaccionado bien, o
aparentemente no les ha afectado.
¡Atent@s! L@s niñ@s al no saber bien manejar
y expresar sus emociones, probablemente
las muestren de diversas maneras: quizás vuelvan a hacer pipi por las noches,
estén irritables, tengan pesadillas, deseen estar mucho con sus padres (curiosamente
son los niños quienes desean proteger a sus padres, más que buscar su
protección, como diría el sentido común), quizás cambien su comportamiento en
el colegio etc… Lo único que podemos hacer al respecto es respetarlos, darles
mucho amor, contacto físico, quizás volver a dormir juntos, jugar, reírnos y
aumentar nuestra dosis de paciencia.
Sabemos que las madres, padres y familia en
general estarán agobiados por las preocupaciones, pero somos nosotros los
responsables de garantizar en todo momento el bienestar emocional de nuestros
hij@s. Es aconsejable que el colegio de los niñ@s esté informado constantemente
de la situación familiar, para que así puedan prestar el apoyo y la ayuda
necesaria a nuestro hij@.
Para terminar nos gustaría dar una
recomendación frente a tres situaciones que pueden estar produciéndose en esta
emergencia.
· * Mujeres embarazadas: Entendiendo el difícil momento de angustia y
preocupación, no deben olvidar que nuestros sentimientos, sean positivos o
negativos, repercuten en la vida intrauterina de nuestr@ hij@. De preferencia,
busca la comodidad en casa de algún amigo o familiar que pueda darte alimento,
agua y descanso.
· *Madres en periodo de lactancia: No dejes de amamantar a tu hij@,
recuerda que la leche materna y el contacto con el pecho, no es sólo fuente de
alimentación, sino que también produce hormonas que les proporcionaran
tranquilidad y amor mutuo. Además, si durante 8 horas no das de mamar a tu hij@, la producción de leche bajará durante las 48 horas siguientes. Recordemos
que la producción de la leche se da mediante la estimulación del pezón. A menor
succión, menor producción.
· *Familias que han perdido mascotas: habla con sinceridad a tus hij@s y
puedes proponles que en cuanto puedan y estén en una nueva casa, podrán adoptar
a una nueva mascota.
Fotografía: Terra.cl
Fotografía: Terra.cl
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