Cada
cierto tiempo algún amigo de facebook sube un video de niños siendo violentados
por sus padres como motivo de risas de sus progenitores y de miles de me gustas
de esta red social. Como madre y ser humano me parece tremendamente violento
ver estos videos, pero además me llama a reflexionar sobre la acción social en
nuestras crianzas. Por Danae Prado C.
Esta
semana vi un video donde un padre ponía un fuego artificial en el trasero de su
hijo de unos 10 a 12 años que estaba durmiendo, luego prenderlo y reir mientras
el niño salta asustado y adolorido. El padre, no solo idea esta broma estilo
jackass a su hijo, sino que además graba y sube a las redes sociales su hazaña.
Asimismo,
vi a una madre “ayudar” a hacer las tareas a su hijo. La mujer le enseña
matemáticas a punta de “estúpido”, “hijo de la gran puta”, “como eres tan tonto”
y cuando el pequeño, estresado y a punto de romper en llanto, logra dar con la
respuesta, concluye el ataque con un golpe en la cabeza y un “¿¡eso te cuesta
tanto!?”. Al igual que en el otro video, la familia de este pequeño decidió
grabar el hecho y subirlo a las redes.
Además
de las dos violentas actitudes que relato, como si fueran pocas las situaciones
a las que han sido sometidos esos niños, el ataque se hace interminable en la
medida que aumentan los “me gusta” y se comparte acompañado de “jajajaja”
Hace
muchos años vi una película sobre diferentes paternidades y maternidades, en la
que un joven adolescente que sería padre en poco tiempo, le decía a su suegra: “Mi
padre me despertaba tirándome las cenizas prendidas de sus cigarros. En este
país necesitas licencia para todo, para manejar, para beber, incluso para tener
un perro, pero para tener un hijo, cualquier idiota puede tener un hijo”.
Y
con estos videos queda claro: cualquier idiota puede tener un hijo. Pero más
allá de esas paternidades y maternidades “idiotas”, ¿qué queda para quienes
comparten, ponen me gusta y celebran este tipo de videos?, ¿cómo avanzamos en
enfrentar la violencia hacia los niños y niñas de manera consciente y en todos
los planos?
Quizás
nunca debiera existir una licencia para tener hijos, pero avanzar en una concepción
de crianza colectiva y social, tiene que ver con enfrentar estas situaciones y
dar los debates cuando es necesario, porque, más allá de si eres madre o padre,
el que se violente a un niño o niña debiera afectarte como ser humano y eso es
ser parte del colectivo que aporta en la formación de un ser integral.
Sin
duda aún la responsabilidad de la crianza es concebida como del padre y la madre,
y el núcleo más cercano integrado por abuelos y abuelas, tíos y tías; por eso
es importante ir avanzando en la responsabilidad que a cada uno y una nos cabe
en la formación de los lenguajes que las nuevas generaciones reciben y hacen
parte de su integralidad. ¿Qué pasa cuando un niño se enfrenta a uno de estos
vídeos y en lugar de sentirse afectado, encuentra que es chistoso? ¿Hasta qué
punto es normal perder la empatía solo porque estamos viendo una acción que
sucede a través de una pantalla y no en vivo?
Mientras
seguimos dilucidando estas interrogantes solo queda que al ver un video de este
tipo estemos abiertos a dar los debates, a provocar las reflexiones y de esta
forma, seguir construyendo camino hacia una nueva forma de crianza.
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